
Los estudios científicos de la población de osos de anteojos u osos andinos, que
habita en el valle La Leche, en Lambayeque, fueron reiniciados para obtener
mayores alcances de la especie en peligro de extinción y elaborar políticas para
su protección, informaron hoy fuentes locales.
Jessica Amanzo, directora de la Organización para la Conservación del Oso de
Anteojos (SBS) en Perú, explicó que la investigación se reanudó en julio pasado
tras obtener la autorización de las autoridades competentes por un período de
tres años.
Agregó que especialistas de esta organización continúan con el proyecto de
investigación “Ecología y abundancia de osos andinos en los bosques secos del
noroeste del Perú: Pozas de agua como oportunidades de investigación y desafíos
en la conservación”.
“Un individuo no va a representar todo lo que pasa en la población (…), por
eso se requiere de datos estadísticamente representativos, en ese caso un grupo
importante de hembras y machos que nos diga qué sucede en el ambiente”, dijo en
diálogo con la Agencia Andina.
Recordó que desde el inicio de las investigaciones científicas del oso de
anteojos en la cuenca del valle La Leche, en 2007, se inmovilizaron a nueve osos
de antejos a fin de ponerles collares.
“Se tiene información de nueve hasta ahora. En este momento hay tres con
collar porque a los animales se les pone collar y se les cae automáticamente al
año porque tiene un mecanismo, y de allí se les vuelve a poner”, explicó.
Mencionó que se tiene proyectado colocar collares a cinco ejemplares más,
“pero no sabemos cuándo la naturaleza nos va a permitir, pero hay que estar
preparados”.
Recordó que durante la primera fase de su estudio se identificaron en la
cuenca del valle La Leche a 39 osos de anteojos que se movilizan hacia otras
áreas.
“Se requiere mantener esa conectividad entre las poblaciones para garantizar
la superviviencia de la población a largo plazo”, indicó.
Amanzo destacó que el oso de anteojos es un recurso de la humanidad que
merece vivir. “Esta especie es muy importante dentro de la dinámica de los
bosques, el oso consume muchas frutas de zapote y otras y las va dispersando en
las heces; interviene en esa dinámica de recuperación y regeneración de los
bosques”, manifestó.
Por su parte, el jefe de la Unidad Ejecutora N°005: Naylamp-Lambayeque,
Carlos Elera, expresó que para evitar que se extinga el oso de anteojos de la
cuenca del valle La Leche “se debe conservar el bosque de zapote".
"Que no se tale más porque al cortar el zapote hay menos posibilidades de que
esta especie (oso de anteojos) pueda vivir. El ciclo biológico del oso tiene
como eje principal el consumo del zapote entre diciembre y enero, si el zapote
se corta, se corta también la posibilidad de que esta especie endémica
permanezca”, enfatizó.
Instó a las autoridades a proteger el parque ecológico arqueológico de
Batangrande evitando otorgar permisos de manera indiscriminada y que ciertas
autoridades amplíen la frontera agrícola en una zona que es hábitat de esta
especie.
A su turno, el director del Museo Tumbas Reales de Sipán, Walter Alva,
manifestó la necesidad de conservar la naturaleza y el patrimonio cultural del
país.
“Se debe conocer su hábitat para proponer al Estado políticas de conservación
de la especie”, expresó.
La población de osos de antejos habita en Batangrande, en el distrito de
Pítipo, en la provincia de Ferreñafe.
Andina
0 comentarios