
El viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente (Minam), Gabriel Quijandría Acosta, descartó este martes que la actividad extractiva tenga relación con la muerte de pelícanos en el litoral norteño.
“En el caso de los pelícanos ha quedado absolutamente descartada esa hipótesis, pues dichas aves no se afectan por esta actividad. Uno tendría que tener un pelícano que no se mueve del agua, mientras el barco está navegando, y ello no ocurre", explicó.
Respecto a la muerte de los delfines indicó que, hasta donde se han visto las evidencias, estas son claras en señalar en que no murieron por interacción con la pesquería, ni por envenenamiento con pesticidas o productos para erradicar ratas.
Tampoco por biotoxinas (concentraciones de algas microscópicas que generan las mareas rojas), ni por golpes de ondas sísmicas generadas durante la exporación gasífera o petrolera, ya que los órganos internos de los delfines no muestran signos de este tipo.
Quijandría detalló que es poco probable que un mismo virus haya causado la muerte de ambas especies, “pues tendrían que ser distintos, porque son raros los virus que saltan de un mamífero a un ave o viceversa”.
Afirmó que la hipótesis que se maneja en el caso de la muerte de los delfines es que habrían muerto por un virus llamado morbillivirus, similar al distémper (moquillo canino). Casos similares se presentaron en el Perú en la década del 90.
En el caso de los pelícanos se trataría de una bacteria Pasteurella multocida, la misma que produjo una muerte importante de esas aves en La Libertad y Lambayeque en el 2009.
La Republica
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